En la composición de la Propuesta General, la comunicación y el acceso se consideran aspectos determinantes en su interpretación formal. Desde los primeros bocetos y croquis, las líneas definen el entorno del Polideportivo con la voluntad de enlazar los diferentes niveles entre el Colegio y el nuevo Pabellón. Se establecen varios recorridos a partir de la pasarela con posición central, que une los edificios existentes con la propuesta. Junto a la dirección que ésta determina, se ha dispuesto el núcleo principal de acceso desde el aparcamiento, configurando un juego de rampas y escaleras que organizan la contención, en franjas, de las pendientes más fuertes del terreno.
Ascendiendo por la pendiente o las escaleras exteriores, atravesando la vía rodada por la pasarela desde el colegio, llegamos a la entrada principal del pabellón. Al ingresar en el edificio nos encontramos en un primer espacio rectangular, donde los distintos elementos que configuran el polideportivo se muestran parcialmente a través de los huecos definidos en los paramentos verticales. Desde este punto tenemos acceso al graderío, a la zona de servicios (vestuarios, aseos y almacenes para pequeño material) situada en una cota ligeramente inferior, cuya comunicación se efectúa por medio de rampas, al nivel superior con salida al exterior y a la pista polivalente.
El espacio interior se contiene en un cuerpo blanco cuya manipulación se efectúa tanto por las necesidades funcionales del edificio (usos, iluminación, ventilación, etc.), como por las intenciones formales de la propuesta. La naturaleza de esta operación es intrínseca al propio edificio. El plano de cubierta envuelve a este cuerpo, quebrándose en los extremos y prolongándose en los paramentos verticales; se constituye en el nexo de unión entre las superficies plegadas exteriores y el volumen que delimita el recinto deportivo.
Las conexiones del espacio interior con el exterior se producen tanto a nivel de circulaciones, como de relaciones visuales y tratamientos formales. Los recorridos principales se establecen longitudinalmente en dos ámbitos. El primero comunica con el graderío y espacio exterior, el área destinada a vestuarios, aseos y almacenes. En la zona opuesta se incorpora un pasaje que, en caso de ser necesario, podría aumentar el aforo del pabellón. El plano vertical que delimita este último recorrido lo constituye uno de los muros que ordenan las terrazas exteriores. En los dos casos, se establecen en los extremos conexiones con el exterior.
La estructura principal del edificio se resuelve mediante cerchas transversales al eje longitudinal de pista, arriostradas mediante un conjunto de cuatro cerchas perpendiculares a las mismas, dos en cada extremo. Las uniones de estos elementos coinciden con el apoyo en los soportes, formados por una estructura mixta de acero y hormigón armado. En la zona de graderío, las vigas de sustentación se apoyan en el pilar de hormigón armado que constituye el soporte, quedando todo conformado en una única entidad.