jueves, 15 de marzo de 2012

VIVIENDA UNIFAMILIAR EN EL HIERRO

La parcela se ubica en una barrio de baja densidad, formado por edificaciones de una y dos alturas alineadas a las calles. En su parte posterior, las edificaciones suelen disponer de espacios de carácter privado destinados a uso agrícola para autoconsumo.

Esta zona se encuentra en las suaves laderas que provienen de los acantilados que, en sus lados oeste, sur y este, delimitan la bahía de El Golfo, por lo que se puede disfrutar de unas espléndidas vistas sobre todo el territorio.

La edificación existente presenta un volumen principal a modo de pieza rectangular, ejecutado con muros de mampostería ordinaria ripiada y techos con viguetas de madera, solución constructiva frecuente en la arquitectura tradicional de la isla. Sin embargo, el estado de deterioro es tan elevado, con grandes humedades procedentes del subsuelo y daños en techos y carpintería en general, que es necesaria su rehabilitación. Adosado a este cuerpo principal aparece una construcción, donde se sitúa el resto de dependencias de la vivienda y el acceso al patio, que muestra numerosas patologías y ningún interés arquitectónico.

El planteamiento inicial de la propuesta pasa por rehabilitar el volumen principal de la edificación existente, desarrollando el resto del programa de la vivienda en una edificación de nueva planta adaptada al perfil natural del terreno. Sin embargo, la solución final viene limitada por los parámetros referidos a la altura de la edificación y fondo edificable, interrelacionados en el Plan General de Ordenación de Frontera de tal manera, que no permite la tipología de vivienda en ladera. Es por ello que, las edificaciones afectadas por la normativa urbanística situadas en parcelas con un desnivel descendente significativo del terreno respecto de la alineación principal, presentan un gran impacto visual sobre el territorio. En este caso, la pendiente es ascendente, lo que origina la necesidad de ejecutar un importante desmonte en el fondo de la parcela para obtener el aprovechamiento que las condiciones de edificabilidad establecen.

Al exigir la ordenanza una reducción de la altura en la parte posterior de la edificación, se propone la apertura de huecos de generosas dimensiones en el muro de la edificación original orientado hacia el sur, garantizando unas óptimas condiciones de captación solar. En la fachada norte se mantienen los huecos existentes, de menor tamaño, si bien se unifican en su eje vertical los de planta baja y alta. Interiormente se vacía el espacio y se establecen dos niveles destinados a estudio y salón-estar.

La ampliación de la edificación se produce en el lado sur a modo de cuerpo en L, con la recuperación del patio como espacio protagonista y participativo de la vivienda que lo separa del cuerpo principal original. Específicamente se ha considerado un cuerpo lineal, donde se alojan los dormitorios y baño de la vivienda con un tratamiento formal propio y diferenciado, paralelo al eje longitudinal de la antigua construcción y relacionado con ésta por medio del espacio donde se sitúa la cocina comedor.







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